En el post de hoy os queremos hablar de algo que plantea tantas dudas entre nuestros clientes… no son pocas las consultas que atendemos a diario sobre patología de los ojos, y es que éstos espejos del alma son muy sensibles y requieren de unos cuidados muy especiales.
No son pocas las veces que algún cliente me ha pedido “un
colirio por favor”, y cuando les pregunto que para que lo quiere me han
contestado junto con una mirada desafiante “un colirio… pues para los ojos”. Yo
me quedo perpleja ante tal situación porque un “colirio” es todas esas gotitas
que se instilan en el ojo para que cure una lesión o patología en el mismo, por
lo tanto hay una gran cantidad de colirios diferentes para distintas afecciones
(ojo seco, irritación, congestión, alergia, glaucoma, infección…) es por lo que
tenemos que especificar cuál es nuestra dolencia para poder saber qué tipo de
colirio es el que necesitamos.
Otra cuestión importante que
debemos tener muy presente siempre que utilicemos un colirio es la fecha de
caducidad ya que una vez abierto éstos sólo duran 1 MES (a excepción de unas
pocas marcas novedosas que actualmente están ampliando éste plazo a 3 meses). Esto
se debe a que, los conservantes que, son los encargados de hacer que los
medicamentos no se estropeen, pueden resultar irritantes al ambiente tan
especial que nuestros ojos necesitan y, por lo tanto, la cantidad de
conservantes que un colirio puede contener hace que duren sólo ese periodo tan
corto tiempo. Si hablamos de envases monodosis la cosa cambia, cada monodosis
dura abierta 24 horas tras las cuales hay que desechar el sobrante que haya
podido quedar y abrir otra nueva.
OJOS SECOS
Como todos sabemos, en el ojo se producen las lágrimas, no
sólo cuando estamos tristes o muy alegres si no que son producidas continuamente
con el fin de lubricar, proteger, nutrir e hidratar nuestros ojos.
En algunas personas, generalmente aquellas de edad avanzada,
las lágrimas pierden calidad y su capacidad de lubricar e hidratar se ve
disminuida produciendo el tan conocido ojo seco.
El ojo seco se caracteriza, al contrario de lo que su nombre
indica, por presentar una secreción abundante y constante de lágrimas en el ojo
de la persona al igual que una sensación de arenilla en el mismo. Éste síntoma se
produce porque como la lágrima no es capaz de hidratar y lubricar el ojo,
nuestro cuerpo, que es muy sabio, produce mayor cantidad de lágrimas para intentar
compensar esa falta.
El tratamiento del ojo seco es muy
sencillo, simplemente consiste en instilar cada vez que se note molestias, lágrimas
artificiales que doten al ojo de las necesidades que sus propias lágrimas no
son capaces de cubrir.
No olvidar mantener una buena higiene de las manos antes,
durante y después de utilizar cualquier tratamiento ocular, con ello evitamos
contaminar los envases y propagar cualquier infección de un ojo a otro.
Por último, es bueno recordar que los colirios ó pomadas
oculares son un uso personal y no se debe usar el mismo envase para varias
personas.