lunes, 18 de mayo de 2015

Las alergias primaverales

Ya está aquí la primavera y, con ella, se disparan los casos de alergia estacional.
Pero, ¿qué significa la palabra alergia y alergia estacional?
La alergia es una reacción de hipersensibilidad de nuestro sistema inmunitario frente a sustancias extrañas que se llaman alérgenos. Son partículas como el polen de las plantas, el látex o los ácaros del polvo, epitelios de animales, etc.…
Para  la mayoría de las personas estos agentes no son nocivos, pero algunos individuos presentan alguna predisposición a padecer alergias, ya sea por factores genéticos, aunque el medio ambiente influye de manera importante, de manera que a mayor polución aumenta la incidencia de la alergia en la población.
La alergia estacional es aquella cuya incidencia se asocia a una determinada estación del año. En la primavera, el comienzo coincide con la aparición del polen de las plantas, siendo las más implicadas los arbustos, gramíneas y el olivo. Las enfermedades alérgicas afectan a un 33% de la población, siendo la rinitis alérgica la más común.



Los síntomas.

La sintomatología característica de la alergia al polen, que también se conoce como “fiebre del heno” incluye rinitis o inflamación de la mucosa nasal con congestión, secreción y obstrucción nasal, estornudos, disminución del olfato, conjuntivitis con lagrimeo, picor y enrojecimiento ocular, angioedema con hinchazón de los párpados, dolor y picor de garganta y de oídos, urticaria con aparición de ronchas, eccemas con dermatitis atópica y de contacto, cansancio, irritabilidad, dolor de cabeza, dificultad para dormir e incluso en ocasiones pueden desencadenar episodios de asma bronquial con tos, pitos y ahogos.



Tratamiento.

Cualquier tratamiento farmacológico debe estar supervisado por un médico o un farmacéutico, y existen numerosos tratamientos, unos son específicos para inmunoterapia mediante extractos alérgenos y otros actúan combatiendo los síntomas como son los antihistamínicos, descongestivos nasales, corticoides nasales, anticolinérgicos así como productos sanitarios.


Los consejos que aportamos:

Intentaremos luchar contra los síntomas una vez que se manifiesten y procurar limitar la acción que los desencadenan, recomendamos:
·         Lavar frecuentemente las manos y cara sobre todo ojos y nariz.
·         Evitar el contacto con las plantas productoras de polen situadas en parques, jardines y campo.
·         Reducir las actividades al aire libre por las mañanas temprano y al atardecer.
·         Llevar las ventanas del coche cerradas.
·         Informarnos de los niveles de concentración de polen y quedarnos en casa cuando los niveles estén elevados.
·         En casa quitar el polvo con una bayeta húmeda y pasar más a menudo la aspiradora.
·         Utilizar gafas de sol, en el exterior durante la polinización y utilizar lágrimas artificiales para hidratar y proteger la conjuntiva.
·         Tomar la medicación según las pautas indicadas por los profesionales sanitarios.
·         Tener en cuenta que algunos fármacos antihistamínicos pueden producir somnolencia y los descongestionantes nasales pueden producir adicción por lo que no se deben abusar de ellos no usándolos por periodos superiores a tres días.



Dicho esto, el tratamiento de las alergias respiratorias se basa en la educación sanitaria del paciente, las medidas de control ambiental, la medicación (para prevenir, tratar y controlar los síntomas) y la inmunoterapia (vacunas), único tratamiento etiológico de la enfermedad que puede hacer cambiar el curso de la enfermedad. 

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