jueves, 7 de mayo de 2015

CISTITIS Y ARÁNDANO ROJO

La infección de orina está provocada por la invasión de microorganismos en el tracto urinario. Generalmente están producidas por bacterias siendo la más común Escherichia coli, la cual normalmente vive en el intestino.
En la mayoría de los casos las bacterias empiezan multiplicándose en la uretra produciendo uretritis y a partir de ahí las bacterias se desplazan hasta la vejiga donde producen la cistitis. Si la infección no se trata con rapidez, los microorganismos pueden ascender por los uréteres y llegar a los riñones.



Síntomas: 

-Ganas constantes de ir al baño, incluso durante la noche.
-Dolor intenso en la región suprapúbica (sobre la vejiga).
-Disuria (ardor y dificultad al orinar).
-Fiebre por encima de 38ºC.


Incidencia:

Las mujeres tienen más predisposición a sufrir este tipo de infecciones por varios factores:
-Poseen una uretra más corta que la del hombre siendo más fácil que la bacteria llegue hasta la vejiga.
-Mayor proximidad de la uretra a focos de infección como el ano o la vagina.
-Con la edad, la flora de la mucosa se va perdiendo y por lo tanto va disminuyendo la acidez, la cual es imprescindible para evitar que se produzcan infecciones haciendo más susceptible a la mujer de avanzada edad a las cistitis.

¿Cómo prevenirla?

El verano es una estación en la que los casos de cistitis aumentan debido a la mayor sudoración y la mayor humedad producida por el uso de ropa de baño mojada en contacto con la mucosa, por lo que aquí os dejo unos consejos útiles para poder prevenir la cistitis.



-Procurar orinar con frecuencia: el crecimiento bacteriano es mayor cuanto más tiempo permanece la orina en la vejiga. Puesto que la manera de eliminar éstos microorganismos es expulsándolos por la orina, es recomendable ir al servicio cada 2 o 3 horas, aunque no se tengan ganas.
-Lavar y secar de delante hacia atrás: el 80% de las bacterias que producen infecciones de orina provienen de las heces, por lo que hay que evitar el posible contacto con éstas. Así mismo, conviene emplear jabones neutros, más apropiados para zonas sensibles.
-Ir al servicio antes y después de mantener relaciones sexuales: la actividad sexual posibilita que ciertos microorganismos queden alojados en la uretra.
-Escoger la ducha frente al baño: el agua en movimiento evita la acumulación de bacterias.
-No permanecer con el bañador húmedo.
-Utilizar ropa interior de algodón y evitar prendas ajustadas.
-Reconsiderar el uso del diafragma y los tampones: el diafragma puede presionar la uretra y dificultar el vaciado de la vejiga, con lo que su uso está asociado a una mayor frecuencia de infección. Lo mismo ocurre con los tampones ya que éstos favorecen la humedad e impiden la correcta expulsión de las bacterias.

El arándano rojo.

El tratamiento de la cistitis es generalmente antibiótico pero hay una opción que ayuda sobre todo a evitar las recaídas a aquellas personas que sufren de infecciones de orina recurrentes (más de tres casos al año).



Seguro que has oído hablar del arándano rojo o arándano americano, sobre todo si eres una persona propensa a sufrir cistitis seguro que más de una vez te lo han aconsejado. Las propiedades de éste fruto se debe a la presencia de unas sustancias denominadas proantocianidinas que actúan evitando que las bacterias causante de la infección de adhieran a las paredes de las vías urinarias y por lo tanto evitan que éstas se acumulen colonizando la vejiga produciendo la cistitis.
Hay estudios que han comprobado que el tratamiento prolongado de éste complemento alimenticio (de 3 a 6 meses) reduce de forma significativa las infecciones sintomáticas. Además, a diferencia de los antibióticos, el arándano rojo está exento de efectos secundarios y se puede tomar durante periodos prolongados de tiempo.



Ahora que llega el verano y, como he comentado arriba, aumentan los casos de cistitis, os aconsejo que probéis este complemento alimenticio para evitar esas recaídas tan molestas y podáis disfrutar del buen verano que se aproxima.

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